Stella Gómez

Me llamo Stella Gómez y nací en el 94 en Tarragona, Cataluña. Mi madre comenzó a practicar Yoga con mi nacimiento y, en su proceso de convertirse en maestra de Kundalini Yoga, me regaló el lujo de criarme rodeada de mantras y asanas, y me acostumbré a tener siempre alguien en mitad del salón meditando todas las mañanas.

Yo, a diferencia de ella, siempre me decanté por actividades dirigidas de baile y entrenamiento del cuerpo físico, en especial en mi época adolescente. Después, durante mi carrera universitaria en Comunicación, tuve la oportunidad de profundizar en tipolos de baile como el Dancehall, el Afrobeat y el Twerk, modalidades que sigo amando y practicando siempre que puedo.

No fue hasta y, a raíz de la pandemia, cuando comencé a practicar Kundalini Yoga. Durante este tiempo volví a casa de mi madre y, ya desde esa madurez que dan los pocos años con lo que contaba entonces, empecé a unirme a sus prácticas.

Un adjetivo que siempre ha usado la gente para definirme es “intensa”, y estoy de acuerdo con ello. Así, como persona intensa, me tomé mi práctica muy en serio, y durante el primer año pude experimentar liberación y cambios emocionales, así como mejorar mi condición física y mental de manera considerable, y todo gracias a las kriyas o secuencias de ejercicios con los que trabaja Kundalini Yoga.

Al año de practicar intensamente, durante una meditación para Anahata (el 4º chakra, el del corazón), surgió una comprensión, no desde la mente, sino desde el ser, unida a un sentimiento de profunda compasión y amor hacia mi madre. Todos los rencores de la infancia y adolescencia, todas las quejas y reproches se fueron, y quedó una sincera comprensión de su condición como ser humano y mujer, y desde entonces la Amo así, en mayúsculas. 

A raíz de esta experiencia y de lo liberadora que fue para mí, decidí que quería profundizar más en la práctica, y que quizás, algún día con constancia, pudiese llegar a sentirme así por el resto de la humanidad y seres que habitan la Tierra. Y en esa senda, la cual hoy ya sé que no tiene una meta final si no que es un camino de vida, una forma de entender la existencia y cómo me relaciono conmigo misma y con el mundo, sigo. Y seguiré.

Con la intención de profundizar más en las virtudes y beneficios de esta modalidad de Yoga decidí realizar la formación de 250h para ser instructora con la Asociación Española de Kundalini Yoga. Una vez finalizada comencé a impartir mis clases en el sur de Tenerife y también en Holanda, compartiendo esta práctica con muchas personas. Hasta la fecha he impartido clases a grupos muy diversos, contando con alumnado de todas las edades y en perfectas condiciones físicas, así como con personas con diversas patologías y disfunciones físicas. También he impartido clases para pacientes de oncología con la Asociación Española contra el Cáncer.

Recientemente me he trasladado al norte de Tenerife con un nuevo proyecto de vida y, con ilusión y entusiasmo, estoy deseosa de seguir compartiendo esta técnica con quién pueda beneficiarse de ella, para seguir acompañando a otros a ser conscientes y responsables de su ser, existencia y acciones, y para poder crear un Sangat (comunidad) fuerte, valiente y compasiva.

Que el eterno sol te ilumine

SatNam (veo la Verdad en ti)